Fecha: Mayo 2020
Autor: Lucero
Mi nombre es Lucero y ahora me encuentro en México, el año pasado me titulé como Licenciada en Gastronomía y actualmente estoy trabajando en un restaurante en la Ciudad de México.
Hace tres años puse en marcha mi idea de realizar mis prácticas profesionales en Francia porque estudié Gastronomía en la Universidad Autónoma del Estado de México. A principios del año 2017, comencé a investigar dónde realizaría mis prácticas profesionales y desde el primer año quise ir a Francia.
Comencé con mis compañeros de la licenciatura a ver programas o empresas que nos facilitaran el papeleo y la búsqueda de restaurantes donde pudiéramos realizar las prácticas profesionales, finamente nos decidimos por una agencia especializada. En la agencia nos dieron la oportunidad de pagar sus comisiones en dos fechas distintas al ver que éramos varios estudiantes.
El personal de la agencia nos hizo una entrevista donde explicaba el proceso para irnos y todos los cambios a los que nos íbamos a enfrentar una vez estando en Francia. En mayo 2017 proporcionamos a la agencia nuestros documentos personales en francés para comenzar la búsqueda de prácticas profesionales en alguna empresa francesa. Fue un proceso que duró alrededor de 1 año y no fue fácil.
También me enfoqué al el estudio en casa y clases particulares del idioma francés. Todo fue un reto, no fue sino hasta noviembre 2017 que recibí información del lugar donde realizaría mis prácticas profesionales: Hotel Ha(a)ïtza en Bassin d’Arcachon, Francia. Al conocer la noticia, inmediatamente comencé con el papeleo que tendría que enviarse a Francia para el trámite de la visa y en ese momento era muy feliz.
En diciembre del 2017 debía de haber recibido documentos de la empresa para poder encontrar una fecha para la cita en el consulado, pues yo iba a comenzar mis prácticas el 1º de febrero del 2018. No obstante, en febrero aún no había recibido los documentos requeridos porque la empresa cometía errores en la emisión de la documentación requerida para el consulado.
Durante estos meses sentía miedo y estrés por la incertidumbre que el tiempo de espera generaba. Todos estos sentimientos de angustia se desvanecieron hasta que me avisaron que los documentos de la empresa ya estaban listos y que podía pasar al consulado a tramitar mi visa. Fue fácil conseguir una cita, ¡claro, pegada a la computadora! Igualmente, el proceso del trámite fue sencillo y rápido y obtuve mi visa en una semana.
Inmediatamente comencé a buscar vuelos, a preparar maletas y comenzaba a sentir incertidumbre: ¿qué pasaría en mi vida?, ¿cómo me tratarían? ¿Cómo sería el lugar donde viviría?, ¿estaba haciendo lo correcto? Mil y una cosas pasaban por mi mente, hasta que llego el gran día.
El día que partí, fue un día lleno de emociones, despedirme de todos fue difícil y dije adiós sin mirar atrás. Con los ojos llenos de lágrimas entré a la puerta en la que abordaría mi avión y recibí un mensaje de mi familia diciéndome lo orgullosos que estaban de mí, que comenzaba algo grande y emocionante y que disfrutara mi viaje completamente.
Por dentro tuve dudas en irme, pero sabía que estaba haciendo lo correcto. El vuelo fue extremadamente cansado, pero al cabo de dos días llegamos a nuestro destino. Cuando aterrizamos, recogimos las maletas y nos trasladamos al hotel Ha(a)ïtza, donde haría mis prácticas profesionales, me sentí más segura y tranquila pues la gente se portó muy amable.
Mi aventura comenzó: el lugar donde pasaría mis próximos días era acogedor, vivía a dos cuadras de la playa y el lugar era céntrico. Viví con una chica que amaba a México, ya que había pasado unos meses de intercambio en Puebla, ella estaba en el área de repostería y me ayudó mucho durante mi estancia.
El trabajo en el restaurante durante los primeros días era básico, pelar, mondar verduras, aquello que cualquiera podía hacer, mi horario era igual al de todos: de 12 pm a 12 am. Al inicio todos eran muy pacientes, pero con el paso del tiempo me pedían que hiciera las cosas rápido para que pudiera tener una mayor carga de trabajo y aprender más. Me esforcé y me volví mejor en todos los aspectos, por consiguiente, mis supervisores decidieron colocarme en el área de snack para el servicio, eso era más emocionante a nivel personal.
Mis compañeros me enseñaron demasiado y en general todos me apoyaban mucho. El chef es una persona increíble y se volvió mi ejemplo a seguir, fue muy agradable y su esposa, que se encontraba en el área de servicio, era sumamente amable y gentil conmigo, siempre me preguntaba cómo estábamos yo y mi familia, cómo me sentía con el trabajo y siempre con una gran sonrisa. Todos ellos me trataban con ternura así que yo me sentía a gusto y en familia. El sous chef confiaba en mí, y él me decía que yo había llegado muy pequeña al lugar y me iría muy grande. Eran personas con talento que me daban gran ayuda.
Yo era puntual en mi trabajo y siempre estaba activa, para todo con una buena actitud y una gran sonrisa, creo que eso les agradaba. Nunca tuve una relación difícil, siempre con respeto a pesar de que me decían algunas cosillas de repente, pero al final todos terminaron siendo mis amigos.
Aprendí mucho y ellos me ayudaron a crecer profesional y personalmente. Al finalizar mis prácticas, tuve la oportunidad de conocer Paris, Burdeos, la región donde hice mis prácticas, Milán y Londres pues con lo que me pagaron pude ahorrar y costear el viaje. Debo mencionar que al primer mes que recibí mi salario no tuve la necesidad de pedir dinero a mis papás y pude financiar bien los meses que me quedaban.
En general, la experiencia que tuve fue increíble, y cambió mi forma de ver las cosas, uno madura, aprende a valorar a las personas y las cosas y a disfrutar de cada instante. Uno se queda con las ganas de conocer más lugares y llenarse de conocimientos.
La idea de volver a México era para titularme y poder regresar a trabajar a Francia con ellos el próximo año. Por lo tanto, me titulé pero no pude obtener la visa de trabajo y la visa “vacance-travail” me fue negada, entonces encontré trabajo aquí en México. Sin embargo, no quito el dedo del renglón, ahora más que nunca quiero regresar y seguir conociendo. Hasta ahora mantengo comunicación con el chef y él esta dispuesto a recibirme de nuevo, mientras, yo busco posibilidades para regresar, por la vía legal.
コメント