Fecha: Mayo 2020
Autor: Frida
Me llamo Frida, tengo 22 años y soy de Puebla, México.
En agosto del 2019 me fui como Au pair a Alemania, en específico a una pequeña ciudad que se llama Neuss, la ciudad más próxima y más grande es Düsseldorf la cual queda aproximadamente a 15 minutos en coche y un poco menos próxima de Colonia, que se encuentra a 40 minutos en tren. Mi familia anfitriona o host family estaba conformada por papá, mamá, dos niños de 5 y 9 años y una pequeñita de 3.
Yo me fui por medio de una agencia mexicana, la encontré por casualidad porque fueron a dar una plática a mi universidad y dejaron posters pegados. En su póster vi el número de contacto, me dio curiosidad y llamé. Mi sueño desde muy chiquita había sido vivir en un país extranjero, nunca supe cuál exactamente pero me llamaba mucho la atención vivir fuera de México. En la universidad estaba estudiando alemán así que decidí que quería ir a Alemania para mejorar mis habilidades en el idioma .
Tuve una cita con la chica de la agencia, me explicó en qué consistía el programa de Au pair en Alemania y cómo era el proceso. Cuando ya estaba inscrita comenzaron a mandarme los requerimientos que necesitaba para continuar, también hice una entrevista en inglés muy sencilla para probar mi nivel, cuando pasé la entrevista recibí una aplicación donde describí mi experiencia respecto al cuidado de niños, esta aplicación es sumamente importante porque es la que muestran a las familias anfitrionas alemanas y así te eligen de acuerdo a tu perfil.
Cuando mandé todos mis documentos y mi aplicación ya estaba lista, generalmente había un tiempo de espera entre dos semanas y dos meses para todas las que querían irse como Au pairs. Para mi fue rápido porque en las dos primeras semanas la familia me contactó, hicimos “clic” luego luego y tuvimos otras tres entrevistas con los niños. En la última entrevista acordamos mi fecha de llegada a Alemania.
Cuando llegué estaba súper emocionada y nerviosa. Los primeros días fueron algo abrumadores porque tuve que aprender un montón de cosas nuevas, además nadie hablaba español, entonces cambié el "chip" completamente, sin embargo no dejó de ser emocionante y me sentía como niña chiquita porque todo era nuevo y me parecía increíble. Llegué en los últimos días de verano y el clima estaba muy agradable y podía salir a jugar con los niños en el trampolín y en las tardes cuando ellos acababan de cenar salía a andar en bici, detrás de la casa teníamos un campo enorme y el atardecer se veía espectacular.
Cuando entró el otoño los dos niños chiquitos regresaron al kinder y el grande a la primaria que quedaba a unas cuadras de la casa, mi rutina era levantarme a las 6:30 hrs y ayudar al papá a preparar a los niños porque la mamá se iba muy temprano al trabajo, a las 8:00 hrs todos se iban y yo me quedaba sola en la casa, limpiaba lo del desayuno y escombraba el cuarto de los niños, a veces me quedaba un poquito de tiempo libre para mi, entre las 12:00 y las 13:00 hrs regresaba el niño mayor y hacia lunch para él y para mi, a las 15:00 hrs regresaban los otros dos chiquitos del kinder con su mamá y nos poníamos a jugar.
Para ser honesta era un trabajo súper cansado porque los niños tenían muchísima energía y peleaban seguido, pero cuando todos estábamos relajados y de buen humor era muy divertido. Con el tiempo nos fuimos encariñando y cuando tocaban mis días de descanso me iban a buscar a mi cuarto para jugar.
La vida de Au pair puede ser un poquito solitaria cuando eres muy introvertida, a veces es difícil hacer amigos, la ventaja de haberme ido con una agencia es que en ocasiones hacían reuniones con otros Au pairs del área para conocernos, otra cosa que me ayudó un montón fue unirme a grupos de Facebook o seguir páginas de Instagram donde, precisamente, te ayudan a contactarte con otras chicas o chicos Au pair cerca de ti. Afortunadamente mi vecino también pertenecía a la misma agencia que yo, nos hicimos muy buenos amigos y luego él me presentó a otra chica que vivía en la siguiente villa que también era de Puebla, ¡desde ahí nos hicimos inseparables!.
Creo que este trabajo te da libertad de viajar, conocer gente local y experimentar muchísimas cosas. Considero que es vital aprender el idioma y perder el miedo a practicarlo con hablantes nativos. También es bueno informarte sobre los eventos culturales, deportivos, etc de tu interés, planear viajes con anticipación y hacer un itinerario de las actividades que quieras hacer, mis amigos y yo (“muy latinos”) nos gustaba ser espontáneos y no planear nada, pero a veces no pudimos hacer algunos viajes que ansiábamos por no organizarnos.
Al final no pude concluir mi año completo por la pandemia del COVID-19 y tuve que regresarme a Mexico 4 meses antes de terminar, lloré mucho con mi host-mom, la mamá de mi host-mom (que desde el inicio siempre fue muy amable, me ayudó a instalarme y a hacer todo el papeleo de residencia en Alemania) y por supuesto los niños porque nos tuvimos mucho cariño.
Esta oportunidad me dejó un gran aprendizaje, maduré y me dejó con más ganas de explorar el mundo. Esta fue mi experiencia, pero en definitiva, creo que la de cada Au pair es única. Ninguna host family es perfecta pero creo que lo principal es que te sientas cómoda y feliz.
En conclusión vale mucho la pena y si te gustan los niños es un trabajo muy divertido.