Procesos cognitivos durante la interpretación simultánea
- Perito Traductor
- 1 jul
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Por Valeria Largaespada
La interpretación simultánea es una de las tareas más complejas que puede realizar un traductor profesional. De hecho, no todos los traductores son intérpretes simultáneos. La interpretación simultánea implica escuchar un discurso en un idioma, comprenderlo, traducirlo y verbalizarlo en otro idioma, todo esto en cuestión de segundos y sin detener la comunicación. ¿Te imaginas el nivel de concentración que se necesita? Además de concentración, también se necesita dominio lingüístico y una sorprendente capacidad para realizar tareas múltiples. Pero ¿sabes qué sucede exactamente en el cerebro de un intérprete simultáneo? En este artículo de CONNECTIN, un equipo de profesionales en la traducción en los idiomas inglés, francés y alemán, exploraremos los principales procesos cognitivos implicados en este ejercicio, como la memoria de trabajo, la atención dividida y el control ejecutivo, además de los retos mentales y fisiológicos que enfrentan los profesionales.

Básicamente, la definición de la interpretación simultánea consiste en traducir oralmente el discurso al mismo tiempo que un orador está hablando. Este tipo de interpretación se utiliza mucho en conferencias internacionales, organismos multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas, juicios y medios de comunicación. A diferencia de la traducción escrita o la interpretación consecutiva, la interpretación simultánea requiere que el profesional escuche, comprenda, procese y traduzca en otro idioma en cuestión de segundos.
La mente del intérprete funciona como una cadena de producción que no puede detenerse. Cualquier distracción podría afectar la comunicación. Por esta razón, muchos intérpretes trabajan en parejas, alternando turnos de 20 a 30 minutos debido al alto nivel de fatiga mental que se puede acumular.
¿Sabes cuáles son los procesos cognitivos implicados?
Uno de ellos es la memoria de trabajo, la cual permite almacenar temporalmente fragmentos de información mientras se realiza una tarea. En este trabajo, esta función es esencial para retener lo que se ha dicho mientras se produce la versión traducida. Según el modelo de Baddeley (2003), la memoria de trabajo involucra un sistema ejecutivo central y subsistemas fonológicos, lo cual encaja con la necesidad de retener palabras o frases mientras se realiza un análisis lingüístico y conceptual.

Estudios con resonancia magnética funcional (fMRI) han demostrado que los intérpretes presentan una mayor activación en las áreas del lóbulo prefrontal dorsolateral, región asociada con el manejo de la memoria operativa, así como en el giro supramarginal, que se relaciona con el almacenamiento fonológico.
El intérprete debe escuchar atentamente el discurso original y, al mismo tiempo, producir una versión en otra lengua. Esta tarea requiere una atención dividida altamente eficiente, además de un control ejecutivo que permita suprimir interferencias del idioma de origen y seleccionar rápidamente la mejor equivalencia en la lengua meta.
El cerebro realiza un esfuerzo constante para coordinar estas tareas a través de regiones como la corteza prefrontal y el cíngulo anterior, zonas clave en la toma de decisiones lingüísticas. Además, el cuerpo calloso, que conecta ambos hemisferios cerebrales, también juega un papel importante en la sincronización interlingüística. Este debe activar de forma paralela dos sistemas lingüísticos: el idioma fuente y el idioma meta. Esto implica un mecanismo complejo de alternancia y supresión que, en personas bilingües, se entrena de forma intensiva durante la formación profesional.
En este proceso intervienen el área de Broca (producción del lenguaje hablado), el área de Wernicke (comprensión del lenguaje) y zonas subcorticales como los ganglios basales, que participan en el control motor y verbal.

Existe una elevada carga cognitiva que se puede incrementar en situaciones donde el discurso es rápido e incluye términos técnicos, o cuando el intérprete no cuenta con el suficiente contexto. Como resultado, los profesionales pueden presentar fatiga mental, o también denominado burnout, disminución de la memoria de corto plazo, irritabilidad e incluso síntomas fisiológicos como aumento del ritmo cardíaco o sudoración.
Algunos estudios con electroencefalografía (EEG) han demostrado que durante la interpretación simultánea se produce un aumento de las ondas beta (asociadas con atención intensa) y ondas gamma (relacionadas con la integración de la información), lo que confirma la sobrecarga de actividad cerebral durante la tarea.
El entrenamiento intensivo y la práctica constante desarrollan una notable plasticidad cerebral en los intérpretes simultáneos. Investigaciones como la de Hervais-Adelman et al. (2015) han demostrado que los intérpretes profesionales presentan cambios estructurales en regiones cerebrales asociadas al lenguaje y al control cognitivo. Por ejemplo, muestran mayor densidad de la sustancia gris en la corteza temporal y prefrontal.
Además, estudios longitudinales han revelado que, tras varios años de práctica, los intérpretes pueden procesar el lenguaje de forma más rápida y eficiente que otros bilingües sin formación en interpretación, lo cual indica una especialización neurocognitiva adquirida.
Referencias
Baddeley, A. (2003). Working memory: looking back and looking forward. Nature Reviews Neuroscience, 4(10), 829–839.
Gile, D. (2009). Basic Concepts and Models for Interpreter and Translator Training. John Benjamins.
Hervais-Adelman, A., Moser-Mercer, B., & Golestani, N. (2015). FMRI of simultaneous interpretation reveals the neural basis of extreme language control. Cerebral Cortex, 25(12), 4727–4739.
Moser-Mercer, B. (2000). Simultaneous Interpreting: Cognitive potential and limitations. Interpreting, 5(2), 83–94.
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